Vicky Valdivieso
Muchas son las leyendas y tradiciones que practicaban nuestros antepasados respecto a la semana santa una fiesta que se vivía con mucho respeto debido a los hechos que se festejan entre ellas el dulce de semana santa.
Entre los mitos y leyendas que nos decían los abuelos y padres para que respetáramos esta solemne fiesta religiosa son: si te bañas en un río o playa te convertirás en pez, Si trepas un árbol te convertirás en mono o te sale cola, salir a las 3 de la tarde del viernes santo esta prohibido y si cortas una rama de un árbol éste empieza a sangrar por nombrar algunas.
Todas estas leyendas de una u otra forma mantenían a los niños y jóvenes que aunque no creían en ellas tenían que quedarse en su casa como señal de respeto a esta solemne fiesta del cristianismo.
Así como, habían leyenda para semana santa también existían tradiciones en los hogares de nuestros pueblos pero no eran tan espeluznante a los mitos al contrario eran deliciosas y de unión familiar.
Una tradición que se practicaba en los pueblos en el interior en los años 70, 80 hasta mediados de los 90 porque se iban pasando de generación en generación era la preparación del famoso del dulce de Semana Santa una costumbre verdaderamente deliciosa en esa época.
Para los que tuvimos la oportunidad de vivir esa experiencia en esos años la matriarca de la familia reunía a sus hijos, nietos y sobrinos con el fin de preparar todos juntos el dulce de Semana Santa. Pues, eran diversas los pasos que debían seguir para poder degustar al amanecer del viernes Santo este delicioso postre preparado por todos.
Por lo general, la familia preparaba el dulce de Semana Santa desde la mañana del jueves Santo. Ya que, tenían que pelar, picar, sancochar, moler y revolver por varias horas todos los ingredientes hasta que estuvieran listos tan delicioso dulce.
Algunos de los ingredientes que se utilizaban para la preparación del dulce de semana santa eran en yuca, ñame, plátano maduro, naranja agria, diferentes especies como anís estrellado clavito de olor, vainilla entre otros ingredientes secretos que le daban el toque delicioso y diferente a tan delicioso dulce. Y que al probar un pequeño bocado era una explosión de sabores en la boca.
Actualmente, son pocas las familias que preparan el dulce de semana santa. Quizás porque a pesar de que se preparaba en familia. A veces las abuelas no guardaban las recetas pues decían que preferían guardarlas en su mente para que no le robaron su receta secreta Jajaja.
En cambio habían otras familias que si la pasaban a sus hijas, tías y sobrinas para que continuarán la tradición de preparar este maravilloso y delicioso bocado cada viernes santo en semana santa.
Aquellos que vivimos en esos años y que participamos en la preparación del dulce de semana santa hoy día añoramos y traemos a la memoria esos momentos inolvidables junto a nuestros seres queridos. Sobre todo el convivio entre todos los miembros de la familia y que en la actualidad casi está desapareciendo desde que apareció la tecnología sumado a nuestras obligaciones.
Cuántos de los que vivimos esa época con nuestras familias no añoramos amanecer un viernes santo y desayunar una deliciosa cucharada de Dulce de semana santa acompañado con bollo de maíz hasta mmmm …se hace agua la boca de solo pensarlo.
Hace pocos días participamos en la preparación del dulce de semana santa y luego de muchos años. Cuántos recuerdos vinieron a la memoria y a pesar del cansancio lo mejor de todo fue la satisfacción de degustar y recordar esos momentos vividos con nuestros antepasados. Quienes, que nos enseñaron está deliciosa tradición que los últimos años ha ido desapareciendo.
Ojalá que las familias que tengan sus propias costumbres de semana santa no la dejen desaparecer y que se las enseñen a las nuevas generaciones para que continúen la tradición de los pueblos de nuestra campiña panameña.
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